La meditación consciente provoca cambios en la estructura cerebral
"No importa si se siente cansado, sólo vaya al suelo, haga un poco de yoga y se sentirá bien", dice Bette Calman.
Bette comenzó a practicar yoga cuando estaba trabajando en la industria hotelera, porque descubrió que pararse de cabeza tras un largo día de labores le ayudaba a aliviar sus doloridas piernas.
"Empecé más o menos por mi cuenta hasta que encontré un maestro, Michael Volin; él me inició en el camino".
No había libros sobre yoga cuando empezó, por lo que aprendió con las enseñanzas de Michael Volin, un renombrado maestro de yoga de los años cincuenta. Ella aún enseña de la misma manera.
Sus posturas favoritas son la invertida sobre hombros y la vela, que todavía puede hacer con facilidad.
La televisión y la prensa la abrazaron en los años cincuenta y se convirtió en una figura reconocida por sus posturas, sus bandas elásticas y ni un solo pelo fuera de lugar.
"Sí, sus clases me han ayudado mucho, son tan dinámicas. Vas allí sintiéndote tenso y sales flotando", asegura su alumna Evlleen Darcey.
Calman sigue dando clases de yoga, a nivel local, en la escuela de su hija situada en la bahía de Melbourne.
Bette es vegetariana desde hace muchos años, y encuentra que su dieta combinada con el yoga la ha mantenido libre de enfermedades y saludable toda su vida.
Además asegura que no va al médico hace 50 años, y que solo ha ido al oftalmólogo. “No me resfrío, no me dan dolores de cabeza, así que supongo que estoy saludable".
Con pocas horas de sueño, sus ejercicios diarios, pequeñas cantidades de alimentos simples y un montón de energía, esta increíble súper abuela puede dejarnos a la mayoría preguntándonos acerca de nuestras propias decisiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario