sábado, 24 de septiembre de 2011

Una escuela en medio de la naturaleza - ecoconstruccion -

Magnífico ejemplo de una escuela - ecologia en muchos sentidos - dirigida por un  soñador utópico (John Hardy) que ha creado en Bali una fascinante “Escuela Verde”, un colegio en plena naturaleza.

John Hardy nos da un paseo por la Escuela, donde se enseña a los niños a construir, cultivar, crear (y a prepararse para ir a la universidad). El edificio central del campus, con forma de espiral, es el Corazón de la Escuela.

Veremos tambien baños sin agua - toilet compost - turbina movida con agua de rio, construccion con bambu de una forma totalmente adaptada al medio.

 
  .... todos podemos hacer algo, pensando localmente, como él lo ha hecho...

viernes, 23 de septiembre de 2011

SIETE HABITOS DE LOS PADRES BRILLANTES

Los siete hábitos de los padres brillantes pueden cambiar para siempre la educación.
Pueden revolucionar la relación entre padres e hijos y transformar la familia en un jardín de sueños. 

——–---- vale la pena darlo todo….y esperar lo mejor……………… 


1er HÁBITO: 

BUENOS PADRES DAN BUENOS OBSEQUIOS, PADRES BRILLANTES DAN SU PROPIO SER.

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar en sus hijos la autoestima,  protección de emoción, capacidad para manejar pérdidas y frustraciones, filtrar estímulos estresantes, dialogar, escuchar.
Los padres buenos atienden, dentro de sus condiciones, los deseos de sus hijos. Los padres brillantes dan algo incomparablemente más valioso a sus hijos, algo que todo el dinero del mundo no puede comprar: su propio ser, su vida, sus experiencias, sus lágrimas, su tiempo. 

Los padres que viven en función de dar presentes a sus hijos, son evocados
por ratos. Los padres que se preocupan en comunicar su historia a los hijos,
se convierten en inolvidables. Muchos padres trabajan para darles el mundo a
sus hijos, pero se olvidan de abrirles e ellos el libro de su propia vida.
Lamentablemente, sus hijos sólo van a admirarlos el día en que ellos mueran.


2do HÁBITO: 

LOS BUENOS PADRES NUTREN EL CUERPO, LOS PADRES BRILLANTES NUTREN LA PERSONALIDAD.

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver reflexión,
libertad controlada, valor, optimismo, superación del medio, prevención de
conflictos. Los buenos padres cuidan de la nutrición física de sus hijos,
los estimula a tener buena dieta, con alimentos sanos, tiernos y frescos.
Los padres brillantes van más allá, saben que la personalidad necesita
excelente nutrición psíquica, se preocupan por los alimentos que enriquecen
la inteligencia y la emoción.
Debido a que la sociedad se convirtió en una fábrica de estrés, no hay
control sobre el proceso de formación de la personalidad de nuestros hijos.
Antiguamente una familia estructurada era garantía de que los hijos
desarrollarían una personalidad saludable. Hoy, los buenos padres están
produciendo hijos ansiosos, alienados, autoritarios, angustiados, que
atraviesan graves conflictos. Los padres brillantes preparan a sus hijos
para que sobrevivan en las turbulentas aguas de la emoción y desarrollen
capacidad crítica.


3er HÁBITO: 

LOS PADRES BUENOS CORRIGEN LOS ERRORES, LOS PADRES BRILLANTES ENSEÑAN A PENSAR. 

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver conciencia
crítica, pensar antes de reaccionar, fidelidad, honestidad, capacidad de
averiguar, responsabilidad social. Los buenos padres corrigen errores, los
padres brillantes enseñan a los hijos a pensar. Entre corregir errores y
enseñar a pensar, existen más misterios de lo que imagina nuestra psicología
Haga que sus hijos reflexionen. Los viejos regaños y los conocidos sermones
definitivamente no funcionan, sino que desgastan la relación.
Cuando usted abre la boca para repetir las mismas cosas, inconscientemente
estimula la aparición de determinados archivos de la memoria que contienen
viejas críticas y como sus hijos ya saben todo lo que usted va a decir, se
armarán, se defenderán y lo que usted diga, no les penetrará, no les
generará un momento educacional. No insista en repetir las mismas cosas por
los mismos errores, para las mismas terquedades porque los hijos continúan
repitiendo las mismas faltas. Los mismos errores merecen actitudes nuevas. 


4to HÁBITO: 

LOS BUENOS PADRES PREPARAN A LOS HIJOS PARA LOS APLAUSOS, LOS PADRES BRILLANTES LOS PREPARAN PARA ENFRENTAR LOS FRACASOS.

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar motivación,
osadía, paciencia, determinación, capacidad de superación, creatividad y
aprovechar oportunidades. Los buenos padres preparan a sus hijos para
recibir aplausos, los padres brillantes los preparan para enfrentar sus
derrotas. Los buenos padres educan la inteligencia lógica de los hijos, los
padres brillantes educan sus sensibilidades. 

Estimulen a sus hijos a tener metas, a procurar el éxito en los estudios, en
el trabajo, en las relaciones sociales y llévelos a no tenerle miedo a los
fracasos. 
Muchos no consiguen sobresalir en su trabajo, porque se rindieron
frente a los primeros obstáculos. Otros no vencieron porque no tuvieron
paciencia para soportar una negativa, porque no tuvieron osadía para
enfrentar algunas críticas, ni humildad para reconocer sus faltas. La
perseverancia es tan importante como la habilidad intelectual. Vencer no es
siempre acertar.


V HÁBITO: 

LOS BUENOS PADRES CONVERSAN ACERCA DEL MUNDO EN QUE ESTÁN, LOS
PADRES BRILLANTES DIALOGAN COMO AMIGOS SOBRE EL MUNDO QUE SON. 

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver solidaridad,
compañerismo, placer de vivir, inteligencia interpersonal. Debemos
comprender que la mejor forma de desarrollar un quinto hábito, es dialogar.
Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan. Entre conversar
y dialogar hay una gran diferencia. Conversar es hablar sobre el mundo que
nos rodea, dialogar es hablar sobre el mundo que somos. Dialogar es contar
experiencias, es sacar lo que está oculto en el corazón, es penetrar la
cortina de los comportamientos,
es desarrollar la inteligencia interpersonal

Más de la mitad de los padres nunca tienen el valor de dialogar con sus
hijos sobre sus temores, pérdidas, frustraciones. La mayoría de los
educadores no consiguen atravesar la cortina de los comportamientos. No es
posible que muchos padres e hijos viviendo en el mismo techo, permanezcan
aislados, dicen que se aman pero gastan poca energía en cultivar el amor.
Cuidan de las paredes cerradas, los problemas del auto, pero no cuidan los
cierres de la emoción y los problemas de relación.


6to HÁBITO: 

LOS PADRES BUENOS DAN INFORMACIONES, LOS PADRES BRILLANTES SON
CONTADORES DE HISTORIAS. 

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar creatividad,
inventiva, perspicacia, raciocinio esquemático, capacidad para encontrar
soluciones en situaciones difíciles. Los padres buenos son una enciclopedia
de informaciones. Los padres brillantes son agradables contadores de
historias, son creativos, perspicaces, capaces de extraer de las cosas más
simples, bellísimas lecciones de vida. Apenas tenga el hábito de dialogar,
cuente historias, cautiven a sus hijos por su inteligencia y afectividad y
no por autoridad, dinero o poder. 

Conviértanse en personas agradables e influencien en el ambiente donde los
hijos están. La imagen que los amigos de sus hijos tengan de ustedes, es el
termómetro que indica si son agradables, indiferentes o insoportables. Si
ellos se complacen en acercárseles, ustedes aprobarán el examen, si los
evitan fueron reprobados y tendrán que revisar sus actitudes. Los padres que
son contadores de historias, no tienen vergüenza de usar sus errores y
dificultades para ayudar a sus hijos a meterse dentro de sí mismos y
encontrar sus caminos.


7o HÁBITO: 

LOS BUENOS PADRES LES DAN OPORTUNIDADES A SUS HIJOS, LOS PADRES
BRILLANTES NUNCA DESISTEN DE ELLOS.

Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar aprecio por la
vida, esperanza, perseverancia, motivación, determinación y capacidad de
debatir, de superar obstáculos y de vencer fracasos. 
Los buenos padres son tolerantes con algunos errores de sus hijos. Los padres brillantes jamás
desisten de ellos, aunque los decepcionen, cometan errores, no les
agradezcan y pasen por los senderos de los trastornos emocionales.
El mundo puede no creer en nuestros hijos, puede suponer que no lograrán
nada en la vida, pero si somos padres brillantes podremos creer en ellos,
procurar distinguir lo que ninguno ve. Los padres brillantes son sembradores
de ideas y no controladores de sus hijos. Siembran en el solar de sus
inteligencias y esperan que un día germinen sus semillas. Durante la espera
puede haber desolación, pero si las semillas son buenas, un día germinarán.
Aunque los hijos desprecien su futuro, algún día retornarán. Un ejemplo
magnífico para ser seguido, es la Parábola del Hijo Pródigo.

PADRES BRILLANTES ,MAESTROS FASCINANTES:  AUGUSTO CURY–PSIQUIATRA HUMANISTA– 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El sentido ulitmo de la vida - base de la felicidad y la realizacion


entrevista   con    Antonio    Medrano

Antonio Medrano es filósofo, escritor y miembro de la Asociación
Libertad e Identidad. Ha escrito numerosos libros en los que ha
tratado los temas más trascendentes de la vida humana, aquellos que la
persona, en un momento u otro de su vida, debe enfrentar y responder.
Desde “Magia y misterio del liderazgo” y “La vía de la acción” hasta
“La lucha con el dragón” o “La senda del honor”, Antonio Medrano ha
estudiado el hecho humano en todas sus facetas y ha intentado
responder a las preguntas que se formula el hombre moderno a la luz,
siempre presente en sus obras, de la sabiduría espiritual, tan
necesaria hoy para nosotros como lo fuera para nuestros antepasados
hace mil años. En la siguiente entrevista Medrano responde a algunas
de esas preguntas. El lector comprobará la altura de sus respuestas
pero también un tono eminentemente práctico, cálido y cercano que está
presente asimismo en toda la obra del autor, a modo de luz orientadora
en medio de la confusión de la hora presente.

Ante la grave crisis que actualmente atravesamos, ¿qué importancia tiene la vida, cuál es el puesto y el papel que a la vida humana le corresponde en esta difícil coyuntura?
La vida es nuestro más preciado tesoro, lo más importante que tenemos
cada uno de nosotros. Mi vida, mi vida íntima y personal, es lo que
más me debería importar. Que mi vida esté bien articulada y orientada
es lo primero que debería preocuparme, y más en tiempos de crisis, de
total confusión y desorientación como los que actualmente vivimos.
Desgraciadamente, no solemos dar a nuestra vida la importancia que
tiene, dejamos que vaya pasando un día tras otro sin pena ni gloria,
la desperdiciamos de manera lamentable, sin preocuparnos de darle
forma, de organizarla y construirla como es debido. No deberíamos
olvidar nunca que nuestra vida será feliz o desgraciada según esté
bien o mal enfocada, según pongamos o no interés en vertebrarla y
construirla con inteligencia. Por eso, la vida es lo que ante todo
hemos de defender, afirmar, afianzar y forjar. Todo –el arte, la
cultura, la economía, la política, la ciencia, el saber y el
conocimiento– debe estar al servicio de la vida.

–Pero, ¿cómo podría definirse la vida? ¿Qué es lo que la hace tan
atractiva y valiosa?

La vida, considerada tanto de forma general, en cuanto vida humana,
como de forma particular, en cuanto vida mía, la vida de cada persona
en concreto, encierra un profundo misterio. Un misterio en el que, de
forma velada pero elocuente, se revela y manifiesta la Eternidad.
Pero, además de un misterio, la vida es un don, un reto y una
oportunidad que se nos ofrece. No hay nada más apasionante que
responder de manera inteligente y responsable a ese don y a ese reto
que tenemos ante nosotros. La vida es la realidad radical, como
certeramente apuntara Ortega y Gasset. Es la realidad en la que
acontece y se da o se tiene que dar todo aquello que para mí es
decisivo: desde mi realización personal y mi vivencia de la felicidad
hasta mi experiencia religiosa, con lo que ésta entraña de revelación
de lo Divino y mi encuentro con Dios. Y este valorar y estimar mi
vida, en cuanto realidad radical de mi existencia y don de Dios, es lo
que me abre a la vida del prójimo, para entenderla, abrazarla y amarla
como se merece. Es lo que me permite comunicarme mejor con los demás
seres humanos, ayudarles y cooperar con ellos en la construcción de un
mundo mejor, como es mi deber y mi destino.

–Entonces es indudable que hay un modo correcto de vivir. ¿Cómo debemos proceder para vivir en plenitud?
Sí, la vida es fundamentalmente empresa, proyecto, aventura. Como tal
empresa o proyecto, exige dos cosas: 1. una idea rectora, un ideal a
conquistar, una meta que alcanzar; 2. una dirección clara, un
autodirigirse o autoliderarse. La vida tiene que estar bien dirigida
para poder llegar a la meta y para que no descarríe, para que no se
desvíe de su ruta. Todo ello exige voluntad, esfuerzo y trabajo: es
fundamental esforzarse por hacer las cosas bien, trabajarse con tesón
para mejorar, laborar con ahínco para elevar la propia vida. La vida
hay que vivirla, y cada cual tiene que vivir la suya. Nadie puede
vivir por otro. Y vivir la vida significa hacerla, construirla, irla
formando sin cesar. Para lo cual no hay otro camino que formarnos y
cultivarnos como personas. La vida es algo que hay que hacer. Es tarea
a realizar, tarea que nunca acaba.

–Sin embargo vemos que la mayoría de la gente no se preocupa lo más mínimo de hacer su vida, de formarse y cultivarse…
Claro, por eso malviven. Tienen una vida a medio hacer o, peor aún,
deshecha y completamente sin hacer. Se abandonan a la inercia y siguen
la ley del mínimo esfuerzo, con lo cual echan su vida a perder. Por
eso, se puede decir que no viven realmente, sino que más bien son
vividos. Dejan que sean otros quienes les hagan o deshagan la vida.
Sus vidas quedan a merced de los poderes impersonales que dominan
estos tiempos convulsos (la publicidad, la propaganda, el dinero y las
fuerzas económicas, los medios de comunicación de masas, las modas,
las ideologías, etc.). Pero todo eso se acaba pagando, y se paga con
graves problemas y sufrimientos de toda índole. Ahí está la raíz de la
angustia, de la ansiedad, de la zozobra existencial, de la
insatisfacción íntima y de todas las dolencias psicosomáticas, que son
el flagelo de nuestro tiempo.

–En sus escritos aparece como un hilo conductor la trascendencia. ¿Podría explicar qué relación existe entre vida y trascendencia? ¿Puede la vida tener su justificación y encontrar su sentido en el bienestar material, el desarrollo económico y el progreso tecnológico?
En la vida humana es elemento esencial la dimensión trascendente.
Siendo el hombre un ser espiritual, para que su vida discurra de forma
sana, libre y feliz, tiene que dar a su vivir una orientación
vertical, que lo proyecte hacia lo alto y tenga siempre en cuenta su
fin último. La verticalidad del Espíritu ha de afirmarse por encima de
la horizontalidad terrena, material, anímica y biológica, imprimiendo
a esta última orden, sentido, mesura y armonía. Para vivir con
dignidad y plenitud, el ser humano tiene que dar prioridad a su vida
interior, que es la que le constituye como persona. Allí donde la vida
se quede en lo exterior, en lo superficial, en lo puramente material,
olvidando la dimensión espiritual, perderá en calidad, altura, salud y
autenticidad.

–Entonces, para la vida sea importante tener principios y ponerla al servicio de algo más alto.
Por supuesto que sí. La vida ha de ser vivida de forma responsable
como gran empresa realizadora de valores, al servicio de unos altos
principios. Para desarrollarse con normalidad, la vida tiene que estar
principiada, es decir, cimentada sobre sólidos principios y, en última
instancia, enraizada en el Principio supremo que es el Alfa y Omega de
la existencia, la Base y Origen de todos los principios. Una vida sin
principios, sin norte y sin fundamento, no merece el nombre de “vida
humana”. La vida ha de tener un eje vertebrador, un centro que le dé
unidad y equilibrio. Y este centro y eje no puede ser otro que el
Principio divino y eterno, Fuente y Raíz de toda vida.
Por otra parte, hay que tener siempre presente que la vida es un don
que hemos recibido y del cual habremos de responder. Es un don que
tenemos que hacer rendir y fructificar. No se nos ha dado para que lo
malgastemos, lo desaprovechemos o lo manejemos a nuestro antojo. Todo
don (Gabe) genera una tarea (Aufgabe), decía aquel gran filósofo y
teólogo bávaro que fue Franz von Baader; es decir, como tal don
implica un deber, una exigencia y una misión. Cada cual viene a la
vida con una misión, y al cumplir esa misión es fiel a su destino, se
perfecciona como ser humano, sirve al Orden universal y realiza la
Voluntad divina.

–Pero, pese a todo, el nihilismo que invade nuestras sociedades afirma que la vida es algo absurdo, que no tiene sentido, ¿qué respuesta merece tal postura?
Una vida sin sentido es inhumana, insufrible e insoportable. No es
vividera. No es verdadera vida. El hombre necesita, antes que nada,
encontrar el sentido de su vida y crear sentido en su vivir. El
sinsentido o la falta de sentido es lo que más hace sufrir al hombre,
pues la exigencia de sentido es una condición fundamental de su
inteligencia y su ser espiritual. Lejos de ser ininteligible, la vida
está llena de sentido, de significación y de valor. Todo lo que nos
sucede encierra un significado, contiene un mensaje y una enseñanza.
La vida está entretejida de amor y sabiduría. Pero para descubrir todo
esto y dar así sentido a nuestra vida, tenemos que enraizarnos en
Dios, el Ser que nos da el ser, el Todo que es todo Amor y Sabiduría,
la Realidad suprema que sustenta toda realidad, el Sentido que da
sentido a todo cuanto existe.

–Entonces, ¿cuál es la postura ante la vida que puede considerarse como característica o dominante en el mundo actual?
La civilización actualmente imperante, individualista, activista y
materialista, desprincipiada, carente de principios y valores firmes,
des-sacralizadora y profanadora de la realidad, se define por una
pronunciada orientación antivida y por un impulso antivital. Odio a la
vida, desprecio de la vida, miedo ante la vida, cansancio de vivir,
náusea vital: estos vienen a ser los rasgos que resumen el tono
existencial de la actual sociedad de masas dominada por la idolatría
de lo efímero y contingente. Hay una evasión o huida de la vida que es
consecuencia de lo que Max Picard llamó “la huida del Centro”, esto
es, la huida o el alejamiento de Dios.
El resultado es una vida desvitalizada, infirme y sin energía vital.
Nos encontramos ante un mundo en el cual se va imponiendo la pulsión
tanática, pudiendo hablarse de una auténtica tanatolatría, un culto a
la muerte o una propensión hacia la mortandad: abortos, eutanasia,
suicidios (incluso en grupo o por internet), asesinatos (ligados sobre
todo a la violencia doméstica o sexual), drogas (con lo que suponen de
autodestrucción), narcotráfico y crimen organizado, terrorismo,
matanzas y genocidios. Son los síntomas de una grave enfermedad
colectiva que amenaza con llevar Occidente a la ruina. La sociedad
actual se halla dominada tanto por el miedo a la vida como por el
miedo a la muerte. Se siente tal terror ante la muerte, terror
ignorante, supersticioso y agorero, que se pretende alejarla,
exorcizarla o suprimirla matando, asesinando, destruyendo vidas,
destrozando, asfixiando y corrompiendo la vida por todos los medios.

–Por último, la muerte, ese tema del que hoy día tan poco se habla, ha sido tratado profusamente por usted. Podría contestarnos a la siguiente pregunta: ¿Cabe establecer alguna relación entre vida y muerte a la hora de plantearse la tarea de construir la propia vida?
Sin duda. Una correcta visión de la vida tiene que tener muy en cuenta
la idea de la muerte, punto culminante del vivir humano. No se puede
hablar de la vida sin hablar de la muerte. Para vivir en paz,
felicidad y libertad es indispensable poder mirar cara a cara a la
muerte, aceptar con serenidad y sabiduría el hecho de que hemos de
morir. Únicamente quien sepa dar sentido a su muerte sabrá dar sentido
a su vida, y viceversa: sólo quien acierte a dar sentido a su vivir
habrá dado sentido al mismo tiempo a su morir. Moriremos con la
conciencia tranquila, con ánimo alegre y sereno, cuando, con la mirada
puesta en lo alto, hayamos cumplido o tratado de cumplir lo mejor
posible la misión que hemos venido a realizar en este mundo. Si se ha
vivido bien, la muerte será vivida como la coronación o consumación de
esa vida buena por la que hemos de estar agradecidos a Quien nos la
dio y nos guió a lo largo del camino. La muerte no es más que la
puerta hacia una vida más alta y plena, hacia la Vida que es más que
vida, hacia la Vida eterna.

Fuente:  libertadidentidad 

Quejarse es la mejor forma de arruinar una relación


Basta de dramatizar?
Sí, basta de terribilitis, porque la mayor parte de los trastornos emocionales (depresión, ansiedad, estrés...) son el resultado de esa tendencia a calificar de terribles cosas que no lo son.
 Rafael Santandreu - psicologo clinico



Exageramos.
Anticipamos las desgracias y nos tomamos a la tremenda adversidades con las que deberíamos contar. Los seres humanos tenemos unas 20.000 pequeñas adversidades a lo largo de la vida (te tuerces el tobillo, pierdes las llaves, te roban...).

Al mal tiempo buena cara.
O aceptas la realidad y dejas de exigirle a la vida, o te conviertes en un cascarrabias. Imaginarse muerto es una buena medida preventiva de las ansiedades cotidianas. Dígame, en esta vida tan corta y de la que desconocemos su sentido, ¿es tan importante esta desgracia que le está ocurriendo?
El arte de no amargarse la vida

- Usted dice que la clave está en el diálogo interno de cada uno.
 Exacto: la gente más sana y positiva tiene el hábito de no exagerar las adversidades. 
Las personas ansiosas o depresivas, sin darse cuenta, se ponen mal a sí mismas con lo que se dicen en su interior. Pero se les puede enseñar a cambiar. 

Hay que ver las cosas con perspectiva.
Hay que ser realista, con eso basta. Estamos llenos de creencias irracionales del tipo: 
"Si me despiden, es el acabose". El "debo hacerlo todo bien", "deberían tratarme con consideración y justicia" y "las cosas me deben ser favorables" son exigencias infantiles. 
La persona madura es la que no exige, sino que prefiere: "Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del día".

Un matiz importante.
Las personas vulnerables emocionalmente están llenas de exigencias, y cuando estas no se cumplen se enfadan con ellas mismas, con el mundo o con los otros.

¿De dónde surgen esas creencias?
Se transmiten socialmente, son mensajes que nos convierten en débiles y neuróticos. Yo he elaborado una lista de las diez creencias irracionales favoritas de los españoles.

A saber...
Necesito tener a mi lado alguien que me ame; de lo contrario, ¡qué vida más triste! 
Tengo que ser alguien en la vida. 
No puedo tolerar que la gente me menosprecie. 
Debo tener un piso en propiedad o soy un fracasado. 
Tener buena salud es fundamental para ser feliz. 
Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con ella...
...
Tengo que tener una vida emocionante, de lo contrario mi vida es un desperdicio. 
Más siempre es mejor. 
La soledad es muy mala...


Qué agobio, sí.
La necesititis es devastadora y nociva para la salud mental. 
No es cierto que para ser felices necesitemos amor sentimental, éxito, hijos, no tener problemas... Si mantenemos estos deseos en el límite de las preferencias, nuestra mente estará sana.

¿Sanos, solos y aburridos?
¿Por qué no? Tener pareja y lo demás no producen tanta plenitud como puede parecer; si no, las consultas de los psicólogos no estarían llenas. No hay que exigir tanto a la vida, a los demás, ni a uno mismo.

¿Es usted un pasota?Para nada. Me ocupo, pero no me preocupo de las cosas. 
El mito de la bondad de la preocupación que nos inculcan desde pequeños es absurdo y nocivo.

Pero si esas creencias son irracionales, ¿cómo poner razón en ellas?
Hay que revisar a diario cómo pensamos, detectarlas, combatirlas con argumentos y desarrollar nuevas creencias racionales. Una de las mayores causas de estrés es el miedo a hablar en público.

Nos afecta lo que piensen de nosotros.
Nos liberamos de la necesidad de aprobación de los demás cuando comprendemos que estar abajo no es ningún problema. Al contrario, ser capaz de estar abajo con orgullo y de buen humor te hace superior y te permite disfrutar más de la vida. Como todos los miedos, la vergüenza y el temor a hacer el ridículo se vencen pensando bien, no enfrentándonos a ellos.

Hay que tolerar la frustración.
No siempre conseguiremos nuestros deseos, pero no pasa nada: la vida sigue siendo bella. Eso es ser realista. La eficacia está sobrevalorada: todo lo que perdemos con los errores que cometemos, por ejemplo en nuestro trabajo, es obviable, pero no lo es la paz interior que perdemos obsesionándonos con la perfección. La felicidad no depende de logros o situaciones ideales, sino de nuestra salud mental.

Amores y desamores son termómetro de nuestro bienestar.
Uno está preparado para tener pareja cuando puede decirle:
 "Cariño, te quiero mucho, pero no te necesito nada". 
Las exigencias y tensiones que causa el amor dependiente, ese que nos trasmiten continuamente a través del cine o la música ("Sin ti yo muero"), es un mensaje neurótico.

...
Creer que tu pareja tiene que hacerte feliz es mucho exigir y te amargará cada vez que algo falle. Yo creo que si Romeo y Julieta se hubieran casado, su matrimonio no habría durado más de un año.

- Me ha gustado mucho en el libro cuando usted le dice a un paciente que se resiste al cambio: “¿qué prefieres, tener razón o curarte?”
 Es que para cambiar tu forma de sentir a nivel emocional tienes que cambiar tu mentalidad de forma radical. A todos nos cuesta cambiar, por ejemplo, lo que pensamos del aborto, los toros o la política… y no pasa nada. 

Pero si quieres curarte de tu locura, tienes que abrir la mente y plantearte si no te has estado equivocando en cuanto a tus valores vitales. Entonces, o cambias o seguirás amargándote para siempre. Yo practico una forma de terapia muy intensa que produce grandes cambios, pero para la que se necesita una buena apertura mental. 

¿Mejor sugerir que exigir?
Pruébelo, el "
me gustaría que..., pero si no lo haces te querré igual" da unos resultados fantásticos. Nunca exija nada a su pareja.

Nadie es perfecto.
La clave de las buenas relaciones es pedir a cada cual lo que puede dar. Aceptar incondicionalmente a los demás es la manera de aceptarnos del mismo modo a nosotros mismos. Quejarse es la mejor forma de arruinar una relación. 
Y no se cree obligaciones, las cosas hay que hacerlas por 
disfrute.

Razones para sonreír
Con gran facilidad nos creemos deprimidos, ansiosos o muy desgraciados. 
El arte de no amargarse la vida cuenta que todos estos trastornos emocionales podrían calificarse de terribilitis. En nuestra sociedad tenemos muchas creencias que nos hacen ser infelices como que si no tienes pareja eres desdichado o que hay que tener un puesto de trabajo muy importante para realizarse.
Siguiendo la saga de los grandes libros de psicología para el gran público el barcelonés Rafael Santandreu, que fue redactor jefe de la revista Mente Sana, expone en esta obra un método práctico y claro, aunque completamente científico, para caminar hacia el cambio psicológico. Nuestro destino es convertirnos en personas más fuertes y felices.

Mediante las terapias breves intenta insuflar sentido común, recordarnos que en la vida hay dificultades y que nadie es perfecto –todos podemos fallar y no pasa casi nada–, una filosofía de vida que sabe de la brevedad de nuestro paso y de las virtudes de la apertura mental. Y a los pacientes reticentes a mirarse las cosas de otra manera, profesionales de la queja, les espeta: "¿Qué prefieres, tener razón o curarte?". No propone afrontar ni neuras ni miedos, sino comprender que no hay nada que temer. Y asegura que lo que peor nos sienta es terribilizar por terribilizar, es decir, sentirnos fatal por haber actuado fatal. Eso y otras cosas cuenta en El arte de no amargarse la vida (Oniro).

martes, 20 de septiembre de 2011

El regreso a los pueblos - REPOBLAMIENTO de PUEBLOS ABANDONADOS

Entrevista a John Rivas, una de las personas que está organizando la vuelta al medio natural del ser humano, para ello se dedica a repoblar pueblos abandonados en los que sus gentes tratando de buscar fortuna abandonaron hace muchos años su antiguo lugar para emprender la desafortunada vida de las grandes urbes modernas sobre todo en este siglo XXI. - el siglo de la reconcentracion de riqueza en pocas manos

Una verdadera lucha de clases con una inmensa mayoria agotada de cientos de horas de trabajo, del desgaste del  trafico y de la creciente inseguridad de todo tipo .



La ONG que se está encargando en llevar a cabo dicha repoblación de estos pueblos abandonados es ARPA . WWW.ARPAIBERICA.ORG



Os invitamos a escuchar este audio haciendo play en el reproductor inferior, donde John nos cuenta sus proyectos ya en marcha y anima a aquellas personas que deseen alejarse de las grandes ciudades a que os pongáis en contacto con él.

Entrevista a John: