'La utilidad de lo inútil', un elocuente manifiesto italiano contra la corrupción masiva
El profesor Nuccio Ordine defiende un regreso intelectual a saberes
como
la literatura, la filosofía, el arte o la música.
"La dictadura del provecho ha alcanzado un poder ilimitado",
denuncia el autor.
La obra denuncia la gestión que los gobiernos hacen de la crisis
socializando la deuda.
Durante veinte años el profesor italiano Nuccio Ordine fue anotando en
sus cuadernos fragmentos de los textos que leía y le gustaban. Con este
material, mezclado con sus opiniones del actual momento de "cambios,
incertidumbres y mutaciones", ha elaborado el manifiesto La utilidad de
lo inútil.
El autor explica que en este breve ensayo, publicado por Acantilado y
Quaderns Crema, lanza un grito de alarma sobre la necesidad de volver a
fijar el foco en una serie de saberes como la literatura, la filosofía,
el arte o la música, "que no dan ningún beneficio, no producen
ganancias, pero sirven para alimentar la mente, el espíritu y evitar la
deshumanización de la humanidad".
Las artes no producen ganancias, pero evitan la deshumanización A su
juicio, hoy "la dictadura del provecho ha alcanzado un poder que está
fuera de cualquier límite, no hay aspecto de la vida de todos nosotros
que no esté dominado por el utilitarismo".
Todo está invadido por ello, "no sólo los intercambios comerciales,
también los intercambios humanos y, desgraciadamente, la Escuela y la
Universidad, cada vez más empresas que, en vez de estudiantes, tienen
clientes".
Y, en cambio, según defiende Ordine, la única manera de resolver muchos
de los problemas acuciantes del actual momento pasa por reforzar "las
escuelas y las universidades y todas las actividades culturales que
ayudan a que podamos ser mejores".
Un éxito en Italia y Francia
Con el libro, que ha sido un éxito de ventas en Italia y Francia, ha
querido lanzar que si no se cambia de dirección "vamos a destruir el
único instrumento que tenemos para formar a las nuevas generaciones".
Todos los autores clásicos que cita en la obra, desde los griegos de la
antigüedad como Aristóteles a Shakespeare o escritores contemporáneos
como Ionesco o Italo Calvino, "
dan a entender que la dignidad del hombre
no viene de la cantidad de dinero que posee, sino de sus virtudes".
La respuesta de los gobiernos a la crisis no puede ser hacer pagar a los
más pobres y a la clase media Ordine pide durante su disertación que se
imagine un mundo sin flores.
"Las flores -argumenta- no son necesarias
para nuestra vida, pero un mundo sin flores sería mucho más triste,
sería como un desierto. Como lo sería una educación sin los saberes
inútiles, que transformaría nuestro espíritu en un desierto".
Ahondando en el momento de crisis actual, asevera que lo primero en lo
que piensan los gobiernos a la hora de actuar es en recortar en
educación, en bibliotecas o en acabar con las excavaciones
arqueológicas".
Para Ordine, por el contrario, "lo que los gobiernos de todo el mundo
deberían hacer es luchar y resolver el problema de la corrupción".
"La
respuesta a la crisis es acabar con eso y no hacer pagar la crisis a la
clase media y a las clases más pobres", indica.
El profesor de la Universidad de Calabria insiste en que "hoy lo que
piden los gobiernos es la carne viva de los seres humanos, lo que es muy
injusto en un contexto en el que no sólo hay corrupción en los Estados,
sino también en las grandes empresas, que colocan el dinero que
obtienen en paraísos fiscales y luego se declaran en bancarrota".
Privatizar beneficios, socializar deudas
Afirma que muchas de estas corporaciones "piden sacrificios a los
obreros aplicando una lógica en la que se privatizan los beneficios y se
socializan las pérdidas".
A pesar de estas consideraciones, el escritor advierte de que La
utilidad de lo inútil no va en contra de "la ganancia en general, aunque
sí contra la idea de que la ganancia se convierta en un fin en sí
mismo".
Durante la entrevista Nuccio Ordine tampoco rehuye las preguntas sobre
el nuevo Papa Francisco, por quien dice sentir "una gran admiración
porque, por fin, la Iglesia no cuenta en su cúpula con un burócrata de
la religión, sino con un hombre que ha vivido con la gente".
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2020406/0/utilidad-de-lo-inutil-libro-manifiesto/italiano-contra-corrupcion/nuccio-ordine/#xtor=AD-15&xts=467263
La crónica de sucesos acaecidos en París el 26 de diciembre de 2013
revela que un hombre de letras desesperado, enojado contra unas
instituciones indiferentes a su amor apasionado por la cultura, embistió
con su coche las puertas enrejadas del palacio del Elíseo.
El
conductor, Attilio Maggiulli, no pudo soportar lo que consideraba un
desprecio oficial hacia el proyecto de su vida, el Théâtre de la Comédie
Italiénne —que perdió casi un 50% de subvenciones públicas en tres
años—, y no halló forma mejor de presentar su memorial de agravios que
estampando su indignación contra la sede oficial de la presidencia de la
República Francesa.
Hasta ahí la historia resumida de Maggiulli. Esta crónica aborda, sin
embargo, la historia de otro hombre de letras indignado, el profesor
italiano Nuccio Ordine (que figura en su partida de bautismo como
Diamante Ordine). Con los mismos o parecidos personajes —una cultura
apuñalada, una educación asfixiada y un pueblo adormecido—, Ordine
(Diamante, 1958) ha preferido usar la palabra para embestir contra la
ignorancia promovida desde las instituciones y advertir de sus efectos a
la ciudadanía. Si dejamos que nos roben el legado de nuestros
antepasados y que se mutile el conocimiento, avisa, no es que dejemos de
ser personas cultivadas: es que las generaciones futuras dejarán de ser
personas en sentido estricto.
El vehículo empleado por Ordine para su clamor profético es el manifiesto titulado
La utilidad de lo inútil,
cuya publicación en España debemos a Jaume Vallcorba, padre de las
editoriales mellizas Acantilado y Quaderns Crema, y al traductor y
profesor de Filosofía Jordi Bayod Brau.
La barbarie de lo útil ha corrompido nuestras relaciones y afectos íntimos”
Ordine, profesor de prestigiosas universidades, experto en el
Renacimiento y director de varias colecciones de clásicos en la
editorial Les Belles Lettres de París, se dice “emocionado” por la
recepción de su libro en Barcelona, donde fue presentado recientemente, y
en Madrid (donde fue apadrinado por Fernando Savater). “La gente me
abrazaba y me daba las gracias. Un estudiante me dijo: ‘Decidí estudiar
Filosofía y Paleografía contra la voluntad de mi padre, que me
preguntaba para qué servía eso. Su libro me ha reafirmado en mi
decisión”, recuerda.
La tesis central del libro puede ser resumida en la idea de que la
literatura, la filosofía y otros saberes humanísticos y científicos no
son inútiles, como cabría deducir de su progresivo destierro en los
planes educativos y presupuestos ministeriales, sino imprescindibles.
“El hecho de ser inmunes [dichos saberes] a toda aspiración al
beneficio” constituye, según el autor, “una forma de resistencia a los
egoísmos del presente, un antídoto contra la barbarie de lo útil, que ha
llegado incluso a corromper nuestras relaciones sociales y nuestros
afectos más íntimos”.
Como en un coro griego, Nuccio Ordine arma una defensa coral del
conocimiento apoyándose en aquellos autores que le precedieron en su
empeño.
Dante, Petrarca, Moro, Campanella, Bruno, Bataille, Keynes,
Steiner, García Márquez, Cervantes, Shakespeare, Platón, Sócrates,
Séneca, Heidegger, Cioran, García Lorca, Tocqueville, Hugo, Montaigne…
son reclutados y contextualizados para mostrar “la carga ilusoria de la
posesión y sus efectos devastadores sobre la
dignitas hominis, el amor y la verdad”.
¿Por qué este libro? “Llevo 24 años como profesor intentando
convencer a mis alumnos de que no se viene a la universidad a obtener un
diploma, sino a
intentar ser mejores, esto es, a aprender a razonar de
forma autónoma”.
Para Ordine, la transmisión del amor por el
conocimiento es un deporte de combate. Y eso implica desmontar algunas
ideas materialistas imbuidas por el sistema capitalista. “La gente
piensa que la felicidad es un producto del dinero. ¡Se engañan!”,
afirma.
Dicha pretensión se ha extendido ya a todos los ámbitos. “El
utilitarismo ha invadido espacios en los que que no debería haber
penetrado nunca, como las instituciones educativas”, denuncia el
profesor calabrés. Y advierte: “Cuando se recorta el presupuesto para
las universidades, las escuelas, los teatros, las investigaciones
arqueológicas, las bibliotecas… se está cercenando la excelencia de un
país y eliminando cualquier posibilidad de formar a toda una
generación”.
Un CV brillante
Nuccio Ordine es filósofo y profesor de literatura italiana de la Universidad de Calabria.
Ha enseñado en la Universidad de Yale, la de Nueva York, la Sorbona de París o el instituto Warburg de Londres.
Desde 2012 es caballero de la Legión de Honor francesa.
La utilidad de lo inútil es su último ensayo.
El autor se apoya también en un discurso ¡de 1848! de Víctor Hugo
ante la Asamblea constituyente de Francia, donde el escritor pronunció
estas palabras: “Las reducciones propuestas en el presupuesto especial
de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas. Son
insignificantes desde el punto de vista financiero y nocivas desde todos
los demás puntos de vista”. Dice Ordine que cuando leyó ese discurso
pegó un salto hasta el techo, y hace suyas las tesis de Hugo al afirmar
(exclamar, más bien) que “¡es en las épocas de crisis cuando hay que
doblar el presupuesto para la cultura!”.
El manifiesto incluye también un escrito premonitorio de Abraham Flexner, publicado en 1939, que
evangeliza sobre la importancia de la ciencia. “Quería que quedara claro que la defensa de lo
inútil
[lo no ligado al afán de lucro] no atañe solo a escritores y
humanistas, sino que es una lucha que concierne también a los
científicos”, explica Ordine. “El estado no puede renunciar a la ciencia
básica [en aras del beneficio]; por eso he escrito un capítulo dedicado
a las universidades entendidas como empresas”.
En épocas de crisis hay que doblar el presupuesto para la cultura”
La utilidad de lo inútil no es sólo un argumentario contra
la deriva del utilitarismo o el “satánico comercio” (Baudelaire): es
también un manual para superar lo que el autor del libro llama “el
invierno de la conciencia” y para recordar, con Montaigne, que “es el
gozar, no el poseer, lo que nos hace felices”
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La utilidad de lo inútil
recoge citas y pensamientos coleccionados por Ordine durante muchos años
de enseñanza e investigación, centrados en la idea de utilidad de
aquellos saberes cuyo valor esencial es del todo ajeno a cualquier
finalidad utilitarista. El libro está dividido en tres partes: una
dedicada a la útil inutilidad de la literatura, y a aquellos personajes
de la cultura que a lo largo de la historia han tratado este tema; otra
que se consagra a los efectos que la lógica del beneficio ha tenido en
el campo de la enseñanza, la investigación y las actividades culturales
en general; y una tercera, da ejemplos de clásicos que han tenido
efectos devastadores sobre la
dignitas hominis.
P.- Te vales de filósofos y literatos
para reflexionar sobre la utilidad de lo inútil y sobre la inutilidad de
lo útil. ¿Es precisamente en momentos de crisis como estos cuando se
hace más necesario que nunca sentarse y pensar?
Estoy convencido de que, como la misma
etimología de la palabra crisis implica, es una ocasión o una
oportunidad para reflexionar sobre ciertas cosas que quizás antes
vivíamos pero sin tener una conciencia fuerte de ellas. Creo que ahora
la dictadura del beneficio, del utilitarismo, es una dictadura que ha
invadido todos los aspectos de la vida humana. Era necesaria una
reflexión sobre el tema, sobre la importancia de aquellos conocimientos
que no producen beneficios, sobre todo porque en nuestra sociedad solo
se considera útil aquello que produce beneficio. En cambio, este libro
es una invitación a pensar en torno al hecho de que hoy, precisamente en
momentos de crisis, tenemos más necesidad que nunca de aquellos
conocimientos inútiles que nutren el espíritu, que invitan al amor por
el bien común, al respeto del otro, a la solidaridad, a la paz, y sobre
todo, a luchar contra la corrupción del dinero y el poder.
P.- Todo tiene un precio menos el
conocimiento… ¿Quizá la motivación por saber es lo único que permite
romper esa política del beneficio?
Efectivamente, el saber puede ser la única forma de oposición y resistencia a la dictadura del beneficio, por dos motivos:
1.- Todo se puede comprar. En un país
como Italia que últimamente se conoce sobre todo porque se compran
jueces, parlamentarios, televisiones, éxitos, cualquier cosa… todo tiene
un precio. Lo único a lo que no se puede poner precio es al
conocimiento: es el resultado de un esfuerzo individual que nadie puede
hacer en tu lugar. Si yo pago a alguien para que haga el esfuerzo de
saber, es esa persona la que aprende, no yo.
2.- En la lógica mercantil siempre hay
una adquisición y una pérdida: si compro un reloj, entrego y pierdo un
dinero. En cambio, en la transmisión del conocimiento yo puedo enseñar
un teorema a los estudiantes, que concretamente yo no pierdo, y ellos sí
adquieren. En el círculo virtuoso de la enseñanza y el saber el que da
se enriquece, a la vez que se enriquece el que recibe. Es el único
espacio a donde la influencia negativa del dinero no puede llegar.
Nuccio Ordine.
P.- ¿La búsqueda de la belleza (arte,
literatura, música) está en contra de los principios económicos que
rigen hoy la sociedad? ¿Para qué sirve entonces un libro, o un cuadro?
Hay una cosa importante que debemos tener
en cuenta: en una sociedad totalmente contaminada por la lógica
utilitarista es mucho más fácil hacer entender la importancia de una
cuchara o unas botas, que la importancia de un cuadro o un poema, porque
una cuchara tiene una aplicación práctica, pero ¿para qué sirve un
verso? La respuesta a esta cuestión es más difícil de hacerla ver,
aunque esté ligada directamente al espíritu. Este es el esfuerzo que yo
intento hacer como profesor.
Intenta imaginar un mundo sin flores…
desde el punto de vista material podríamos vivir sin flores, pero aunque
parezcan inútiles, tienen un papel muy importante en nuestra vida
porque son portadoras de la belleza. Kakuzo Okakura, en una bella
metáfora, mantiene que la humanidad pasa del estado animal al humano
cuando el primer hombre recoge una flor para dársela a su compañera.
Este gesto inútil nos hace entender lo que es el arte.
Kant explica que la adhesión hacia lo
bello es algo gratuito y desinteresado. El deseo interior de disfrutar
de la belleza es lo que me convierte en otra persona. Y a veces, tenemos
más necesidad de esas cosas llamadas inútiles que de las útiles.
P.- La obsesión por ganar, por tener,
por sacar beneficio… ¿Crees realmente que el culto a la utilidad
terminará minando la dignidad del hombre, su espíritu, su ser social?
No es que lo crea, lo veo todos los días.
Lo estamos viendo en este momento en cualquier parte del mundo donde
expliquen que la crisis justifica la expropiación de la dignidad humana…
cuando se empiecen a eliminar aquellos derechos que permiten al hombre
considerarse como tal. Si yo elimino la asistencia sanitaria, si anulo
las ayudas a los discapacitados que les permitan llevar una vida normal,
si despido a las personas en condiciones que impidan el normal
mantenimiento de la familia… entonces, ¿qué tipo de hombre podemos
imaginar? ¿podemos plantearnos a unos hombres que se ven obligados a
renunciar a aquellos derechos por los que tantos años han luchado? Hoy,
en nombre de la crisis, están matando el derecho a tener derechos. Pero
eso no es cierto, si lucháramos contra la corrupción, podríamos
tranquilamente mantener los fondos para mantener esos derechos. Piensa
que todo el dinero que se quite a la educación, sanidad, empleo…
repercutirá en la creación de una sociedad inhumana, sin futuro, abocada
al fin de la democracia.
P.- ¿Estamos diciendo que la dictadura del dinero podría llevar a una deshumanización de la sociedad?
El proceso de deshumanización se
fundamenta sobre el hecho de que hoy la lógica del beneficio ha invadido
aspectos de la vida a donde no tendría que haber llegado. Ha acabado
por corromper incluso los afectos, llevando a que muchas relaciones
humanas se basen a menudo en el propio interés o en la competitividad.
En la ambición personal de poder, el compañero de trabajo ya no sería
entonces un colega sino un enemigo. En nombre del interés personal estoy
dispuesto a pisar a quien esté a mi alrededor… ¿deshumanización? Si la
política del beneficio invadiese instituciones (donde no tendría que
llegar) como las escuelas y universidades, entonces el estudiante se
convertiría en cliente y el colegio en empresa. Y lo mismo pasaría con
la sanidad: los médicos serían burócratas empresarios y los pacientes
meros clientes.
P.-
¿Hasta qué límite es el hombre capaz de aguantar la sutil y continua
eliminación de aquellos valores que le definen: generosidad, altruismo,
solidaridad, fraternidad…?
Es difícil contestar esta pregunta porque
la historia no es precisamente una maestra de vida, en el sentido de
que la historia puede enseñar muchas cosas, pero los hombres pueden no
tenerlo en cuenta… No se justificarían entonces tantas masacres o
guerras.
Todos deberíamos ir de la mano para
hacerles entender a los políticos que destruir la educación y la cultura
en general significa destruir el líquido amniótico en el cual es
posible hacer vivir la humanidad, la democracia y la solidaridad
humanas.
P.- Viendo la situación actual de muchos gobiernos, ¿podría pensarse que poder y corrupción van siempre de la mano?
Históricamente, ahí donde hay poder
siempre existe el peligro de la corrupción. También ha habido personas
que han sabido reaccionar a ella. El problema es que hoy la corrupción
está muy difundida porque no existe una correcta moral, y la política
del beneficio ha transformado las conciencias incluso en las células más
pequeñas de la sociedad como es la familia. La preocupación de un padre
por el futuro de un hijo es algo lógico, del mismo modo que nosotros
deberíamos preocuparnos por las nuevas generaciones en cuyas manos está
el futuro. Sobre ellas deberíamos incidir para concienciarlas de ese
tema, pero me parece que los gobiernos no están mucho por esta labor. El
destino de un banco les parece más interesante que el futuro de una
universidad…
P.- La música, el pensamiento
humanístico, la poesía… ¿no podrían ser vistas como armas vitales en un
alegato por la libertad individual, por el futuro?
Podría contestarte directamente con un texto escrito en 1848 por Victor Hugo y que está recogido en el libro: «Habría
que multiplicar las escuelas, las cátedras, las bibliotecas, los
museos, los teatros, las librerías. Habría que multiplicar las casas de
estudio para los niños, las salas de lectura para los hombres, todos los
establecimientos, todos los refugios donde se medita, donde se
instruye, donde uno se recoge, donde uno aprende alguna cosa, donde uno
se hace mejor; en una palabra, habría que hacer que penetre por todos
lados la luz en el espíritu del pueblo, pues son las tinieblas lo que lo
pierden.»
P.- ¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie para rebelarse contra esta dictadura del poder, de la utilidad, de la apariencia?
Creo que el primer paso es el de mantener
la educación como valor y derecho indispensables. El deber de nuestra
generación es el de formar jóvenes de tal manera que ellos mismos puedan
en el futuro defenderse de esa dictadura de la utilidad. No veo otra
solución.
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