viernes, 24 de enero de 2020

NO VAYAS AL MEDICO - Te van a liar inultilmente


UNA SOCIEDAD HIPOCONDRÍACA
Antonio Sitges-Serra      Catedrático de Cirugía (UAB)

Si puede, no vaya al médico

Una visita al doctor, por si acaso, nos llevaría a hacernos angustiosas revisiones y análisis cada dos por tres

El doctor Antonio Sitges-Serra (Barcelona, 1951) ha ejercido 40 años en la sanidad pública, entre la cirugía, la investigación y la consulta. Conoce el sistema y sus enfermedades tan bien como los cuerpos de los miles de pacientes que han pasado por sus manos.

Pero Sitges-Serra no es un médico normal: en su libro, 'Si puede, no vaya al médico',  prologado por el filósofo Manuel Cruz, planta cara a la industria farmacéutica y diagnostica la peor enfermedad del siglo XXI:
el tecnoutopismo médico.

PREGUNTA. Hace poco, Amancio Ortega regaló unas máquinas a los hospitales.
RESPUESTA. Escáneres de alta precisión, sí.


P. Unos decían que Amancio es un filántropo y otros que se lava la cara, pero leyendo su libro, caí en la cuenta de algo que nadie planteó: que quizá tener esas máquinas es peor que no tenerlas.
R. Nadie lo planteó porque la tecnología es la ideología dominante. Pocos discutimos esta utopía, pero las máquinas muchas veces dan más problemas a los hospitales de los que solucionan.
Unos escáneres de alta precisión pueden ser nefastos para la salud de los ciudadanos.

P. Pero todo el mundo quiere que haya más y mejores máquinas en su hospital.
R. Y nuevos fármacos, un progreso sin límites. Es un mecanismo de autodefensa, queremos seguir en ello, más, más, más, como si así fuéramos a vencer a la muerte. Pero yo creo que es un mal camino. Por lo pronto, nos ha conducido al sobrediagnóstico.

P. ¿Qué es el sobrediagnóstico?
R. Con la tecnología de detección más avanzada, se encuentran enfermedades que en realidad no son tales. No hay síntomas, el paciente está bien, va a una simple revisión y, con el nuevo superescáner de última generación, encuentran un cáncer de dos milímetros en el tiroides. El médico te dice: “Hemos visto un cáncer de dos milímetros”. Y tú crees ser un enfermo de cáncer, y te tratan como tal, aunque en realidad no te pasa nada.

P. ¿Un cáncer puede ser inofensivo?
R. Sí. Puede no dar la cara nunca. Pero una vez que estás sobrediagnosticado, caes en un círculo vicioso de revisiones que te harán dependiente del hospital, además del estrés, el miedo y la ansiedad. Y eso, en caso de que el médico de turno no quiera darte quimio o incluso operarte, siempre con la mejor intención, desatando una carnicería innecesaria.
Pues bien, esa carnicería no la provocó tu cáncer sino su diagnóstico. De este modo es como la tecnología de detección precoz se convierte en un problema grave para tu salud.
La tecnología de detección precoz se ha convertido en un problema grave para tu salud

P. ¿Hay mucha gente por ahí con cánceres inofensivos que nadie ha visto?
R. Muchísima, claro. Cuando alguien se muere por cualquier causa, de vejez, por ejemplo, es muy frecuente encontrar cáncer de tiroides en el cadáver. El 20% de pacientes que mueren de lo que sea lo tiene.

Si tú compras esta máquina tan fantástica que detecta tumores de menos de dos milímetros, puedes acabar extirpándole el tiroides al 20% de la población por nada. En Corea del Sur, un país absolutamente esclavo de la tecnología, es justo lo que pasó. Fue una masacre. Miles de tiroides extirpados por cánceres inofensivos que jamás hubieran dado la cara.

P. Es decir, que si me detectan un cáncer de dos milímetros, ¿no tengo cáncer?
R. Exacto. Los diagnósticos aumentan con las máquinas ultramodernas, pero no la mortalidad. ¿Por qué? Porque detectan cánceres que no matan, ni dan síntomas ni nada.
Otro ejemplo: el 80% de los varones tiene cáncer en la próstata al morir. Ha muerto de otra cosa, por ejemplo, de un infarto, pero tenía ese cáncer no se sabe desde cuándo, sin que nadie lo viera y sin dar síntomas. Para la vida del paciente, lo mejor es que no se lo detecten.

P. Usted dice muchas cosas que desafían la intuición.
P. Lo sé. Se ve además otro problema en los hospitales con las máquinas más modernas: el de la interpretación. La lectura radiográfica de una mamografía o de cualquier otra cosa te exige experiencia. Si no la tienes, vas a levantar falsos positivos. Las máquinas siempre necesitan profesionales formados, y la innovación constante juega en detrimento de la curva de aprendizaje de los médicos, y por tanto en contra del paciente.

P. ¿Cuándo se empezó a complicar la cosa?
R. El siglo XX ha sido muy potente en el progreso tecnológico de la medicina, pero ahora los beneficios de las novedades son muy pequeños y el coste es enorme.
Por ejemplo, muchas intervenciones quirúrgicas han triplicado su duración respecto a las de los años noventa, por robotizarse. Por tanto, el número de quirófanos necesarios aumenta. El robot hace la cirugía mucho más complicada, mucho más cara, mucho más prolongada, y los resultados no son mejores que sin robot.
Pero los industriales quieren vender sus inventos, y los políticos y los ciudadanos se dejan deslumbrar. Así es el tecnoutopismo.
Ahora, los beneficios de las novedades médicas son muy pequeños y el coste es enorme

P. ¿Qué le supone a la economía de un hospital, por ejemplo, un robot para operar próstatas?
R. Un gasto inicial de un millón y medio, y unos mantenimientos anuales de más de 100.000 euros. Más el coste de enseñar a los médicos a usarlo. El gran problema de la sanidad es el incremento de los costes: el coste aumenta cada año, en gran parte porque se compran productos innecesarios, pero glamurosos. La sanidad está entre el 20 y el 25% del PIB, y cada año crece. El año pasado, un 6%, mientras el PIB creció solo un 2%. Si no fuera por el tecnoutopismo, los costes se reducirían enormemente. Se podría dedicar más dinero del PIB a la Justicia o a la dependencia.
Y además, sobran médicos.

P. ¿Cómo? Siempre se dice lo contrario, que faltan médicos.
R: Ya, pero esto es así porque hemos creado una sociedad hipermedicalizada e hipocondríaca. Mira: cuando preguntaron a Oriol Bohigas, el gran urbanista, cómo solucionaría el problema del tráfico en Barcelona, dijo:
“Pues muy fácil, haciendo que las calles sean más estrechas”. Esta paradoja también se puede aplicar a la medicina. Si tú vas generando necesidades, siempre vas a tener más demanda. Si ensanchas las carreteras, tendrás más coches.

P. Usted aboga por poner límites.
R. Y por replantearnos nuestra relación con la muerte. El médico especialista vive de espaldas a la muerte. Es poco compasivo y siempre tira para adelante. Siempre hay otro medicamento, otro instrumento, etcétera.

P. Siempre esperamos ese milagro.
R. Esperamos que inventen algo, y es irracional. El tecnoutopismo nos exige vivir de espaldas a la muerte. Hablas con oncólogos y la muerte no existe. Para ellos, hay un fármaco, un TAC y un tumor. Y con eso van jugando hasta que la cosa explota. Si nos reconciliáramos seriamente con la muerte, podríamos en cuestión este sistema sanitario. Pero tú no puedes decir que un paciente de ochenta y tantos años no debe ingresar nunca en la UCI, porque te llaman de todo.

P. ¿Por qué no debe ingresar?
R. Porque sabemos que un enfermo de 85 años que pasa una semana en la UCI tiene un 70% de posibilidades de morirse en el hospital, y otro 30% de morirse durante el año siguiente. El margen coste-efectividad del tratamiento es nulo. Pero, como el sistema paga, esto no se valora en medicina pública. Y debería ser la guía.

P. ¿Qué otros ejemplos hay de tecnoutopismo en la medicina contemporánea?
R. La mal llamada 'prevención del cáncer de mama' es un ejemplo brutal. Yo digo que es mejor olvidarnos de las mamografías y dedicar esos recursos a poner más guarderías, para que las mujeres puedan parir antes.

 Influye más en que no mueras de cáncer de mama que adelantes la maternidad que 20 mamografías en 20 años. La medicina preventiva tiene que ver con cambiar hábitos sociales malos para la salud, y no con someter a todas las mujeres a escáneres gratuitos a partir de los 40.
Un 5% de estas mil mujeres mamografiadas sufrirá una masectomía improcedente

P. ¿Las mamografías periódicas no evitan que las mujeres mueran de cáncer de mama?
R. A lo largo de la vida de una mujer, entre los 40 y los 90 años, tiene un 10% de posibilidades de morir de cáncer de mama y un 90% de morirse de cualquier otra cosa.
Es decir: la mamografía trata con una enfermedad de poca prevalencia. Eso para empezar, pero, además, se han hecho estudios comparados: mil mujeres mamografiadas y mil mujeres no mamografiadas.
Pues bien: en un grupo se mueren cuatro, y en el otro se mueren cinco. Quien hace mamografías, dice entonces que ha muerto un 20% menos, pero esto es una trampa: una enferma de mil no justifica que a las otras 999 mujeres les hagas una mamografía al año. Pero hay más: de esas mil mujeres mamografiadas, 200 dan alguna vez el falso positivo.
Es decir: que les tienen que repetir la mamografía o hacerles una biopsia. Finalmente, un 5% de estas mil mujeres mamografiadas sufrirá una masectomía improcedente. Así que es mejor para las mujeres que no les hagan mamografías.

P. Todo está lleno de anuncios, sin embargo, diciéndoles que se las hagan. Y que nos miremos el colesterol, y que poca broma.
R. Una sociedad hipocondríaca y sobremedicada. Desde luego. La hipocondria social tiene muchos factores: la prensa, los médicos, la industria, las sociedades científicas, etcétera.
El bombardeo de noticias y anuncios sobre los peligros de caer enfermo genera ansiedad. Y es una ansiedad avalada por la Sociedad Española de Cardiología.

P. Leyendo su libro, he tenido la sensación de que el debate sobre las vacunas está envenenado, y que el hecho de que los antivacunas sean estúpidos da carta blanca a las farmacéuticas para meternos vacunas que no necesitamos.

R. Así es. A la industria farmacéutica le vienen muy bien los antivacunas. El debate gira en torno a un falso dilema. Las vacunas, la higiene, los antibióticos y la cirugía menor son los cuatro grandes pilares de la sanidad del siglo XX. No hay duda. Ahora bien, cuando el calendario pediátrico de vacunas supone 45 dosis en seis años, yo digo: ¿estáis seguros? Porque a lo mejor estamos sometiendo el sistema inmune de estos chavales a un bombardeo que no sabemos en qué va a terminar.

Porque una cosa es que vacunes de las enfermedades como la viruela, el tétanos, la tos ferina, difteria, poliomelitis, etcétera, y otra que empecemos a ampliar el mercado: que si la meningitis, que si el neumococo, que si el papiloma... Ahí nos estamos pasando.
Hay vacunas que solo interesan a las farmacéuticas, y las pasan, en parte, porque el debate está polarizado. ¡No vaya alguien a pensar que uno es antivacunas, como esos estúpidos acientíficos!
Hay vacunas que solo interesan a las farmacéuticas, y las pasan, en parte, porque el debate está polarizado

P. Es parte de la medicalización de la sociedad, que usted describe.
R. Claro. No queremos morirnos, ni tampoco queremos tener dolor, ni tristeza. Entonces se medicalizan la muerte, el dolor y la tristeza, y sale ganando la industria, no las personas. ¿Qué pasa cuando bajan el límite aceptable de colesterol en la sangre? Que tienes millones de enfermos que necesitarán millones de dosis de medicación. Por no hablar de esa otra cosa que hacen, que es inventar enfermedades.

P. Respecto a las farmacéuticas, usted dice que muchos medicamentos se comercializan antes de saber si son seguros.
R. Es algo impresionante. El 40% de medicamentos que se han demostrado mortales después de empezar a venderse tarda todavía dos años en ser retirado del mercado. ¿Por qué?

Porque el desarrollo del fármaco ha sido caro, e intentan amortizarlo en los primeros años. La industria aprieta mucho porque sabe que o bien el medicamento va a acabar desvelando algún problema, o no es tan efectivo como se vende, o bien va a salir un competidor. ¿Cómo lo consiguen? Con propaganda, y convenciendo a médicos, a veces con métodos poco honestos. En la oncología, esto es muy normal. La oncología es una de las prácticas más corruptas de la medicina.

P. ¡Esa frase tiene tela!
R. Ya, ya. Cuando rascas un poco la especialidad por dentro... La gran mayoría de oncólogos de cierto renombre cobran directamente de la industria farmacéutica, o a través de ensayos, o en especies, o a través de congresos.
La oncología es una de las especialidades con más inversión de todo tipo.

P. El lunes fue Blue Monday, el día más triste del año, así que tenemos que irnos a comprar para curarnos. Creo que es una buena síntesis de lo que cuenta su libro.
R. ¡Ja, ja! Sí, es la medicalización de la vida, hasta de los lunes. Convierten en enfermedad (con su fármaco correspondiente) la tristeza, el sexo, la nutrición, la regla, la menopausia, la fealdad, la estupidez... Todo lo humano es susceptible de tratamiento, y la industria amplía su mercado. Como dijo Huxley, la medicina avanza tanto que pronto estaremos todos enfermos.

Domingo, 11 de septiembre del 2016

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LOS 30 0 40 PARÁMETROS ANALÍTICOS

¿Que qué le puede pasar si va al médico encontrándose bien? Se lo explico. El facultativo le va a pedir una serie de pruebas por si acaso usted estuviera enfermo y no se hubiera enterado.

Empezará con unos análisis de sangre que incluso usted le solicitará que sean muy completos. También una radiografía de tórax, un electrocardiograma y una ecografía abdominal por si acaso.

Pero sepa usted que cuantas más pruebas le hagan mayor es la probabilidad de que alguna de ellas no salga bien.
Valgan como ejemplo estas flechitas que apuntan hacia arriba o hacia abajo impresas al lado de alguno de los 30 o 40 parámetros analíticos que le han determinado. Estas flechitas hacia arriba o hacia abajo dan muchos dolores de cabeza. En primer lugar a usted mismo que va a abrir el sobre que le entreguen en el laboratorio y pensará que algo grave está pasando:

«¿Qué quiere decir esta flechita hacia arriba, doctor?» Si su médico es razonable y lo que pasa es que usted padece de 20 miligramos más de colesterol de lo que marca el límite alto de la normalidad (por cierto, cada vez más bajo) no pasará nada. Quizá le haga una recomendación dietética.

Si el médico quiere ir al fondo de la cuestión, le repetirá un análisis más completo o, directamente, le recetará una pastilla diaria. Usted se encuentra bien pero se está acercando peligrosamente a la posibilidad de estar enfermo ¡Cuidado! Si lo que ha sucedido es que sale un poco más alto de lo normal un marcador tumoral que le han pedido sin que usted lo sepa (y sin fundamento científico) prepárese.

 Al tanto si en lugar de una flechita indiscreta le encuentran a usted una sombra en una radiografía; lo más probable es que le aconsejen un escáner o una resonancia magnética, en las que tiene usted un 1-3% de posibilidades de que le detecten una anomalía anatómica que despierte el interés desmesurado del radiólogo y que quizá le lleve a una exploración más cruenta como una biopsia o una endoscopia por si acaso… ¡Cuidado!

LA CONVERSIÓN EN ENFERMO IMAGINARIO

Ya sé que los ricos se hacen muchos chequeos pero no ganan nada con ello. Más bien, al contrario: muchos se vuelven enfermos imaginarios y víctimas de las revisiones periódicas con las que los centros privados hacen negocios con el por si acaso. Sé de una joven de 42 años que perdió su timo innecesariamente –siéndole abierto el esternón de punta a punta– por si acaso tenía un tumor que no tenía (era un «timo grande», le dijeron).

A otro no-paciente, un dermatólogo en precario (le biopsió innecesariamente un hematoma en un dedo que se había hecho pinchándose con un rosal por si acaso fuera un melanoma; 15 días de baja.

Sé de otra no-paciente de 72 años perfectamente llevados, que tras una revisión ginecológica, que no debería haberse hecho, le aconsejaron una histerectomía y una cirugía en la mama por un cáncer mínimo. La pobre perdió innecesariamente la matriz tras dos intervenciones para olvidar y falleció por culpa de una quimioterapia injustificable que le propinó una oncóloga adicta a los protocolos.
Así que si usted se encuentra bien, cuídese y no vaya al médico. Tiene un ínfima posibilidad de padecer una enfermedad grave, y en cambio corre el riesgo de entrar en una espiral de violencia de análisis, radiografías y cirugía innecesarias. Se lo dice un médico.

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Cáncer, negocio mortal… ¡No a la medicina del pensamiento único!


Nicole Delepine- Film


¡Es por dinero, claro!… Existe un vínculo incestuoso entre la industria farmacéutica y los tratamientos sugeridos. Y es la política manejada por los gobiernos…

 Dra. Nicole Délepain – oncóloga pediatra

  ¿QUIÉN DECIDE NUESTRA SALUD?

UNA MEDICINA UNIFORMIZADA, INFORMATIZADA Y DESHUMANIZADA


Uniendo los Opuestos (26.1) Cáncer, negocio mortal… ¿Somos cobayas?



EL PENSAMIENTO ÚNICO 

Y LA ENFERMEDAD COMO NEGOCIO

Si la sociedad parece estarse enterando ahora del nivel de corrupción existente en la política y en la economía, no da la impresión de que se haya hecho lo suficientemente consciente de la magnitud de lo que se oculta tras el enfoque de la salud como negocio

El intento de cierre del servicio de oncología pediátrica que ha dirigido, durante 30 años, la doctora Nicole Délepine puede ser considerado un ejemplo paradigmático de lo que está sucediendo en nuestras sociedades, seamos conscientes de ello, o todavía no.

A pesar de los excelentes resultados en la recuperación de los pacientes (más del 90% de resultados positivos, frente al 40-50% de sus colegas), aprovechando la jubilación de la doctora Nicole Delépine, el Gobierno quiere cerrar su servicio.

Se le acusa de aplicar a los osteosarcomas (cánceres de huesos) un protocolo no convencional. En la época en que fue introducido sólo el 40% de los niños con osteosarcoma sobrevivía en los hospitales. Los niños morían en la mayoría de los casos.

ACTIVISMO CORAL PARA ENFRENTAR AL MONSTRUO

La película Cáncer… Business Mortel? – de la que utilizo la imagen de entrada, y a la que hago referencia en este post – denomina Tiranía Financiera.
Una tiranía que pretende obligar a los médicos a ser meros comparsas en manos de una Autoridad de la Salud (¡!), que no es más que otro de los tentáculos de las compañías farmacéuticas. Macrocorporaciones que, como cada vez más médicos denuncian, se han vuelto más peligrosas que los cárteles de la droga.
Una tiranía para la cual el sufrimiento de las personas, pequeñas o mayores, no solo no importa sino que interesa, en la medida en que, cuanto mayor el sufrimiento, más lucrativo el negocio.
Con estos dos posts centrados alrededor de la lucha de la doctora Nicole Délepine en Francia, creo que estoy haciendo algo más que contar una historia interesante pero local…
Por desgracia, no se trata de algo local. Mucho más allá de la lucha de la que se habla en este post, para que no se produzca el cierre del servicio de oncología pediátrica que dirige en el Hospital de Garches la Dra. Délepine, esta historia señala una dirección…
Estamos en medio de una demencial dictadura financiera para la que somos cobayas.
Eso es lo que trata de hacer visible la película-documental Cáncer… Negocio Mortal?, que se ha estrenado recientemente en Francia. Y que reúne los testimonios de padres de niños enfermos de cáncer, de médicos y de diferentes personas del ámbito de la salud.
El desagradable descubrimiento de que a determinados poderes les interesamos crónicamente enfermos.
Porque sanos no somos negocio. Pero además, porque sanos podemos ser combativos…
Esta es la lección que debemos aprender. Porque la pervivencia de esa dictadura financiera depende exclusivamente de que las personas no entiendan lo que está sucediendo…


LA SOCIEDAD EMPIEZA A ENTENDER LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO


Sin embargo, las personas están empezando a entender lo que está sucediendo…

Y eso es peligroso…

Lo explicó muy claramente, en un discurso magistral, el doctor alemán Matthias Rath. En el siguiente post se encuentra un memorable llamamiento que realizó en 2012 a los ciudadanos europeos alertándonos sobre estos peligros, y mucha información que complementa todo lo dicho hasta ahora



EL CÁNCER… ¿UN NEGOCIO MORTAL?

Este post está organizado, a modo de collage, con el objetivo de llamar la atención sobre un forma de organización social que ya está sucediendo, y que previsiblemente, deberá empezar a tomar mucha fuerza.

Una sociedad en la que las personas, despertando una a una, y cada una en su propio ámbito de conocimiento e influencia, se unen para avanzar juntas, haciendo visible al monstruo…

En esta historia son importantes:

  • Los médicos que dejan de obedecer órdenes, que les obligan a aplicar protocolos con mucho menos porcentaje de éxito.

  • Los padres dispuestos a hacer lo imposible hasta encontrar lo mejor para sus hijos

  • Los directores de cine como Jean-Yves Bilien, para contar lo que jamás van a contar los medios vendidos al poder

  • Las asociaciones de salud, como el Instituto por la Salud Natural o la Asociación Ametist, que aglutinan personas convencidas de que la única posibilidad de hacer prevalecer los conocimientos sobre salud natural frente a los intereses de las macrocorporaciones en la enfermedad, es perseverar en la dirección correcta: que la información ocultada salga a la luz.

  • Las personas que realizan sus aportaciones económicas para que estas películas puedan llegar a realizarse

  • Los ciudadanos con nuestros blogs

  • La personas queriendo saber lo que se oculta…


Es decir, no hay nadie que sobre, nadie que no pueda hacer nada para contribuir a que esta Tiranía Finaciera, este Avance de la NADA, se siga produciendo.



Nicole Delépine,

la guerra está declarada*



Nicole Delepine - manifestación
La Doctora Nicole Délepine en una manifestación ante el Ministerio de Salud en mayo de 2014


Nicole Delépine salva vidas.
Su combate: lucha contra el cáncer infantil. Ella muestra buenos resultados de curación pero sus métodos molestan. Actualmente, su servicio es amenazado con el cierre.
Rodeada por los padres de los niños, lucha, a brazo partido, para que permanezca abierto.

“Cuando traje a mi hijo al hospital, me dijeron que tenía cáncer de huesos y que había que amputar rápidamente. El tumor era en la rodilla derecha.
Era un viernes, todo se derrumbó a mi alrededor. Los médicos me dejaron sola, sin ninguna explicación.

Busqué en Internet para entender y caí, por casualidad, en el sitio de Nicole Delépine, jefa de la unidad de oncología pediátrica, del hospital de Garches. El sábado llamé a su portátil. Me dio una cita asegurándome que ella no le amputaría.
Hoy en día, está en remisión completa. Camina, acaba de sacar su carnet de conducir.

El relato desarma. Es la madre de James, un niño con un cáncer de huesos, ahora curado. La médico que lo trató, Nicole Delépine, pediatra oncóloga proclama casi “amputación cero” en cáncer de huesos a lo largo de 3o años, y una curación cercana al 90%. Estas cifras serían significativamente más altas que los de sus colegas.

En cruzada contra lo que ella llama “la mafia pediátrica”, Nicole Delépine, se aferra a la ética de la profesión.

“El médico no se compromete a curar sino a dar cuidados. Pero no cualquier tipo de cuidado, sino cuidados conscientes, atentos y coherentes con los datos de la ciencia”
Pero esta ética reivindicada parece molestar a la administración y a otros médicos.
“El día que dijimos que salíamos de los ensayos terapéuticos de la EORTC (European Organisation for Research and Treatment of Cancer) (Organización Europea para la Investigación y Tratamiento del Cáncer) para aplicar otros métodos publicados y certificados, nos convertimos en pequeños villanos mentirosos. Sin embargo, es uno de los pocos servicios donde, en 30 años, jamás hemos tenido quejas de pacientes.
(*Fragmentos del artículo Nicole Delépine, la guerra est déclarée de la periodista Tatiana Chadenat)

Nicole Delepine - coloquio
Coloquio con Nicole Delépine sobre el cierre del sevicio de oncología para niños de Garches


Y MÁS HÉROES…

Un director de cine para contar lo que interesa que no se cuente…



Jean Yves Billien

Jean-Ives Bilien, realizador de documentales desde hace 15 años. Fundador de la revista “Enquêtes de santé”. Lidera incansablemente investigaciones en el campo de la salud. Se interesa por la biología, la investigación del cáncer, la física cuántica… y tiene una predilección por los rara avis de la ciencia, por las medicinas suaves, tradicionales, los chamanes y sanadores. Es autor de 30 películas sobre estos temas y ha realizado 300 entrevistas a médicos, buscadores y terapeutas de todo el mundo. Aborda temas tabú, raramente tratados en los grandes medios, y aporta una mirada única y original sobre la ciencia y la medicina.

Cáncer… ¿negocio mortal?  

es su última obra. Una película valiente para sensibilizar al público sobre todo lo que rodea al lucrativo negocio del cáncer.


(Vídeo de presentación de la película)


¿Existe un estupendo negocio de la enfermedad que no toma en consideración el sufrimiento de los pacientes?
La doctora Nicole Delépine, oncóloga, responsable de la unidad  de oncologie pediátrica del Hospital Universitario Raymond Poincaré en Garches (APHP), practica con su equipo una oncología individualizada, y sin duda mejor tolerada y más eficiente.
Sus resultados hablan por sí mismos: más de un 90% de éxito en cánceres infantiles, si el apoyo es inmediato, versus un 50% en otros lugares. 
Después de treinta años de buenos y leales servicios la doctora Delépine se prepara a jubilarse el próximo julio, y en esta ocasión el gobierno está considerando muy seriamente cerrar el servicio. La presencia del pequeño equipo de 8 médicos pediatras senior que ejercen con ella desde hace más de treinta años garantiza la sostenibilidad de sus métodos, y  por tanto, el futuro del servicio sigue siendo sumamente incierto.
“Podemos tratarnos libremente en Francia?” Obviamente, vale la pena que la pregunta sea planteada.
Después de más de 25 años de lucha, todavía existe el servicio. Es probable que si los resultados no hubieran sido significativos la unidad simplemente habría desaparecido hace mucho tiempo.
La medicina actual parece elaborarse sobre un funcionamiento de varias velocidades. Esta medicina uniformizada, informatizada, deshumanizada no es del gusto de la Dra. Delépine y sus colegas.
Lo que está en juego claramente es la vida niños y adultos. Parece tan evidente que continuar la misión iniciada por la Dra. Delépine es, por así decir, vital.
¿Podrán sus colegas continuar sus misiones?
CON LA PARTICIPACIÓN DE:
Zana et Damien Adzic, Mathilde et Romain Antoine, Dr Francois Bachelot, Laurent Baffie, Medhi Balamane, Kamel Bechir, Naïma Bentahar, Djémila Boucenna, Marc Borand, Orlane Bretonniere, Ali Chaib, Coralie Corbec, Carine Curtet, Dr Helene Cornille, Dr Nicole Delépine, Dr Gérard Delépine, Dr Eleonore Dijesski, Christine et Paul-Emmanuel Esquier, Violaine Ferrand, Dr Michaël Finaud, Bernard Frau, Alina Gabor, Dr Olivia Hicks-Garcia, Kimberley-Anne et Marie-France Joseph Julien, Alex Kamara, Jean-Christophe Lagarde, Magalie Lange, Dr Zahia Lankri, Cindy et Logan Leclerc, Virginie et Océane Lingois, Ottman Mansour, Peggy et Guillaume Martinez, Dr Jerome Marty, Alain, Sophie et Hugo Masset, Christelle Mathillon-Delmarthy, Mohamed Moud-Ari, Pascal Olmeta, Nadia Plazenet, Ileane Radoi, Dr Pierre Sadoul, Sabrina et Llya Serandoure, Jérôme Serapiglia, Christelle Soudé, Astrid Veillon.

Recientemente tuvo lugar en París el pre-estreno de la película y, según informa el Institut pour la Protection de la Santé Naturelle, la emoción del público en la sala era palpable, ya que estaban presentes muchos pacientes de la Dra. Delépine o de sus colaboradores, así como miembros de la Asociación Ametist.

La película reúne testimonios de pacientes de la doctora, niños y niñas afectados de cáncer, y de su sus padres, así como de cuidadores, y personas que consideran un sinsentido y un abuso el cierre del servicio.



En lucha contra una medicina “a las órdenes”


Nicole Delepine - en lucha contra una medicina a las órdenes
 En el interior del hospital, un médico del equipo acompaña a los niños.
Fotograma de la película “Cáncer, un negocio mortal”

Proyección / Debate de la película de Jean-Yves Billien


Cáncer… ¿Negocio Mortal?


Jean Yves Billien - Debate coloquio



Asociación Ametist

Ametist es una asociación de padres, de personas individuales y médicos reunidos por el deseo de salvaguardar y sostener la actividad del equipo de la doctora Nicole Delépine, especializada en el tratamiento personalizado del cáncer infantil en el seno de la Asistencia Pública Hospitalaria de Paris.
Nicole Delepine - padres desalojados
Según la Asociación Ametist, lagestión hospitalaria endurece su posición y niega una vez más el diálogo utilizando la fuerza

 Padres de niños con cáncer en huelga de hambre en la capilla del hospital de Garches, para oponerse al cierre del servicio de la Dra. Délepine son expulsados por las fuerzas del orden público, el 6 de julio de 2014,

Nicole Delepine - padres en huelga de hambre
Las madres, padres y abuela en huelga de hambre por el cierre del servicio de oncología, que habían sido expulsados de la capilla del hospital de Garches por la policía el día 6 de julio, encontraron un nuevo refugio gracias a la invitación del padre Bruno de Blignières, sensible a su causa

La energía de las asociaciones en defensa de la salud natural

Divulgar lo que se quiere ocultar



Institut pour la protection de la santé naturelle 2

O asociaciones ciudadanas como el Institut pour la Protection de la Santé Naturelle [Instituto para la Protección de la Salud Natural. Por el derecho a cuidarse de otra manera], que se moviliza para dar a conocer a sus asociados todas estas noticias.


Los ciudadanos solos con nuestros pequeños blogs

Es aquí donde la participación crucial de cada ciudadano, desde su particular ángulo de actividad para alertar sobre ello, puesto que solo así será posible producir el cambio de consciencia a nivel social necesario para poder salir del atolladero en el que nos encontramos.

Hay demasiado sufrimiento y demasiado negocio alrededor del mundo del cáncer como para permitirnos seguir pasivos. Por eso, desde mi pequeño lugar en Internet, quiero aportar mi granito de arena, con este post, uniéndome a esta cadena de despertares…


miércoles, 22 de enero de 2020

Tira las zapatillas de deporte - dañan el pie -

Las ventajas de correr descalzo

barefoot running

La anatomía del pie es el resultado de años de evolución. La mayor parte de ese tiempo, el hombre ha caminado descalzo y las extremidades inferiores se han adaptado a esa circunstancia.

Entonces, ¿por qué usar zapatillas? Un estudio publicado en 'Nature' desvela las ventajas biomecánicas de correr descalzo...

El motivo de estas reflexiones es un trabajo publicado en la revista 'Nature' por un equipo de expertos en biomecánica entre los que se encuentran algunos de los más punteros del mundo.

 La cuestión de fondo es que cuando las personas corren descalzas tienden a evitar que el primer apoyo del pie sea con el talón.

Al correr descalzos, "el apoyo es asombrosamente distinto", señala Daniel Lieberman, profesor de biología humana evolutiva de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio.

"Al 'aterrizar' con la parte media o frontal del pie, los corredores descalzos apenas tienen impacto, mucho menos que el que generan la mayor parte de los que corren apoyando primero el talón", añade.

Como parte de sus estudios sobre biomecánica y evolución, Lieberman y sus colegas de la Universidad de Rhode Island y de Michigan (EEUU) estudiaron la forma de correr en diferentes grupos. Individuos procedentes de EEUU que siempre habían corrido calzados, otros que ahora no usaban zapatillas y keniatas que empezaron descalzos pero se pasaron al calzado.

Sus conclusiones, que aparecen detalladas en una página web, indican que correr con apoyo frontal reduce el porcentaje de masa corporal que choca de forma abrupta con el punto de impacto del pie y convierte parte de la energía trasnacional en energía rotacional.

Esto, en resumidas cuentas, significa que "aquellos que corren usando este tipo de apoyo [típico de los velocistas que van descalzos o con zapatillas de suela muy fina necesitan tener una musculatura más fuerte en el pie y la pantorrilla pero evitan el incómodo y potencialmente dañino impacto, incluso al correr descalzos sobre superficies duras", indica Jungers.

En consecuencia, explica Lieberman a ELMUNDO.es, "pueden correr cómodamente sin calzado, que se inventaron recientemente, mucho tiempo después de que los humanos empezaran a recorrer largas distancias".

Correr descalzo... ¿o calzado?
Según informa elmundo.es, los estudiosos han concluido que "las zapatillas facilitan una forma de correr (apoyo con el talón) que parece ser diferente del modo en el que lo hacen los que van descalzos –añade el autor- y esto podría tener ciertas implicaciones a la hora de ayudar a algunas personas a evitar lesiones, una hipótesis que debe ser aún probada".

William L. Jungers explica que "el talón elevado y acolchado de la mayor parte de las modernas zapatillas para correr está diseñado para resultar más cómodo, estable y para atenuar las fuerzas originadas al apoyar el talón durante la carrera, que podrían estar relacionadas con algunas lesiones ortopédicas".