martes, 31 de julio de 2018

Buscar la felicidad te hace infeliz





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José Carlos Ruiz, doctor en Filosofía, reivindica el pensamiento crítico
43 años, Cordobés. Casado, dos hijos. Profesor asociado de la Universidad de Córdoba y veinte años de profesor de instituto. La era de la selfie se ha trasladado a la política y cada opción mira por su buche.
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Pensamiento crítico

Se llevan las experiencias, nos venden viajes inolvidables, sensaciones gastronómicas, amistad y me gusta virtuales. Frente a esa necesidad de experimentar novedad constante que nos ha convertido en drogodependientes emocionales, Ruiz defiende en su último ensayo, El arte de pensar (Berenice), promover el pensamiento crítico, conocer las circunstancias y saber interpretar el contexto:
Simplificar significa pensar. No actuemos tan impulsivamente. Si educamos más en entender las circunstancias propias y del otro, y no tanto en el ego, la gente empezará a construir su felicidad y no a exportar modelos de felicidad”.




Ha diseñado un programa para que los maestros instauren el pensamiento crítico en las aulas.

Nos han condenado a ser felices por obligación, y lo que es peor, por imitación.

- Suena grave.

Lo es, porque la felicidad se ha convertido en un instrumento de tortura. Nos venden que la felicidad es algo instantáneo y fácil de adquirir. Se trata de una felicidad postiza y a la venta que nos convierte en drogodependientes emocionales.

- Me está asustando.

La palabra de moda es tendencia: el viaje que no te puedes perder, el último gadget, el restaurante del momento con su cocina fusión, el imprescindible mindfulness...

Adictos a las experiencias vibrantes.

A un consumo de emociones constante porque la oferta es infinita, lo que lo convierte en una tortura. Se trata de dosis perfectamente empaquetadas que nos mantienen sometidos y enganchados a una actividad incesante; esa es la idea de felicidad que ha calado.

- La zanahoria del burro.

El culto al instante, la prioridad de lo inmediato, la hiperactividad para no perderse esas tendencias que nos prometen la dicha.

- ¿Y la verdadera felicidad?

La felicidad es un modo de ser.

¿Sentirse feliz no es lo mismo que serlo?

No, y tampoco es la alegría de un instante o la satisfacción por un logro conseguido. La felicidad es una manera de ver la vida, de levantarte cada mañana y acostarte cada noche, una actitud con los que te rodean que hace que ellos mejoren y mejores tú.

Las circunstancias influyen.

Sí, y habrá periodos de luto y de recomposición, pero la felicidad es un edificio que se construye desde la infancia con unos valores estables y un modo de ver la vida en positivo.

Esa es otra palabra de moda.

Educar un árbol para que sea estable lleva años, pero una vez que enraíza sabe buscar sus nutrientes y sus ramas son grandes y dan cobijo. El césped crece muy rápido y es aparente, pero a la mínima se seca o se pudre.

¿Hoy la felicidad es de césped?

Se educa con poca profundidad, y lo veo en mis alumnos, que son muy frágiles emocionalmente, con picos de alegría y depresión. Hay que plantar la semillita.

¿La del pensamiento crítico?

Sí, hay que enseñarles a pensar. La reflexión en torno a lo que han hecho es obligatoria. Yo distingo entre inteligencia y sabiduría.

Sabios siempre ha habido pocos.

Es algo que hay que desarrollar internamente analizando el sentido de tus actos, y en eso se invierte la vida, desde los 6 años hasta los 90.

Sí, entretenido lo es.

Hay que atreverse a pensar y a reflexionar, y apartarse del hiperdinamismo, de hacer lo que todo el mundo hace sin tener en cuenta si tus circunstancias están forjadas para eso o no.

¿Y eso cómo lo sabes?

Analizando de dónde vienes y de dónde vienen los otros y el contexto en el que se desenvuelve cada uno. Si vas a juzgar a alguien, ten la paciencia de entender por qué piensa como piensa y de dónde procede su manera de ver la vida.

No estamos educando en eso.

No, estamos educando en la competitividad, en el análisis del dato superficial. La estadística se ha apoderado de nosotros. Estamos falsificando la humanidad, claudicando a la matematización del mundo e incluso de la emoción.

¿Hoy pensar aburre?

Hoy pensar, detenerse, reflexionar, es agonizar; es un atraso, porque hay que ir hacia delante. Los popes educativos, los coaches que ven mis alumnos universitarios por internet, les dicen: “Sigue tu pasión y conviértela en tu trabajo”.

No me parece un mal consejo.

El mercado nos vende como centro de nuestra vida la realización y el triunfo a través del trabajo, pero hay cosas más importantes en la vida. Hay que dejar de educar en el ego. La gente debe construir su felicidad de acuerdo a quienes son y no exportar modelos.

¿Tenemos un problema de identidad?

Sí, ahora los modelos son personajes como Steve Jobs, brillante en su trabajo, pero un tirano con su gente y un mezquino emocional.

Bien visto.

Y también deberíamos tener en cuenta que por mucho que Zuckerberg lleve la misma camiseta y las mismas bambas que tú, él es una excepción. Si la excepción se convierte en regla, la frustración está asegurada.

El futuro es siempre una proyección.

Sí, y hoy es tan imprevisible que genera angustia y se impone el carpe diem más superficial. Tú no puedes controlar el futuro, pero sí el proyecto de persona que quieres ser, y eso se consigue con pensamiento crítico.

Usted lo tiene muy agudizado.

Se repiten muchas tonterías como eso de “sal de tu zona de confort” para conquistar lo extraordinario, cuando lo ordinario es precisamente lo que deberíamos cultivar y apreciar.

¿Defiende la rutina?

La que tú te construyes, tus amadas costumbres, eso que te hace sentirte a gusto contigo mismo y con los que están a tu alrededor. Pero la rutina se desprecia, cuando en realidad es la base de cualquier vida.

Reivindica la sencillez y el equilibrio.

Sí, porque este mundo tan complejo se sus­tenta en dos o tres cuestiones básicas, como ­saber amar. Pero la acción le está ganando la batalla a la reflexión.


 
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domingo, 15 de julio de 2018

De verdad tienes una enfermedad psicologica ?

 El mito de la enfermedad mental:


sábado, 7 de julio de 2018

Intentan robarnos la dignidad humana





“Estamos creando niños asustados que luchan por sobrevivir”

¿Dónde ha quedado la dignidad en el mundo actual?

-Para explicarlo, parto del Renacimiento, una época de resurgimiento humanista tras la oscuridad. Se busca el conocimiento universal y Pico de la Mirándola escribe un magnífico libro titulado Ensayo sobre la dignidad humana.

En esencia, habla de tres capacidades principales que yo reivindico como dignidad: la libertad, el amor y la capacidad de crear. Estos valores se ven en los niños, están latentes. Debemos convertir esas capacidades en realidades y no sólo en el ámbito del arte o en la ciencia, en la vida social y en la vida económica. La historia de la humanidad es una historia de creatividad, y no por una cuestión de supervivencia sino porque la libertad y el amor por compartir dan sentido a la vida. Lo malo es que todo esto se ha ido intelectualizando en una educación cada vez más animalizada en la que convertimos a los niños en seres asustados que luchan por sobrevivir.


¿Potenciamos la competitividad por encima de la dignidad?

-Ni los científicos actuales defienden que la vida sea lucha, aceptan que es sólo un aspecto. Y la dignidad se ha perdido. Lo preocupante es que aún viene algo más fuerte, el posthumanismo.

Un movimiento que llega desde Silicon Valley, de la Singularity University, y que defiende la renuncia a la libertad y a la individualidad para modificarnos genéticamente y ofrecer más fármacos a la gente para que sea más feliz.

Y es real. Y empresas como Google o Microsoft ponen ahí millones todos los años. Esto es un ataque a la dignidad humana. El ser humano tiene que ser libre, pero sobre todo libre de miedos. No hay que vivir para luchar, sino para buscar el sentido de la vida, y todo esto hay que defenderlo desde la educación.

Hace años mirábamos la competitividad salvaje de países como Estados Unidos con cierta condescendencia. ¿Qué nos ha pasado?

-Les hemos dejado entrar como modelo. Hay personas interesadas en manipular el mundo, cada vez quieren más control y han inoculado un modo de vida.
Cuando viajas por Sudamérica ves lugares que son un calco de Estados Unidos, con sus coches gigantes y sus hamburgueserías. Se ha destruido la cultura propia a través del consumo, lo cual es relativamente sencillo porque si no desarrollas un mínimo trabajo cultural interior te pueden manipular.

 Quizás por eso están sacando las humanidades de la educación, lo cual es muy grave. Me gusta una frase que dice esto es una guerra y en la guerra se viene llorado de casa para ganar.

 Debemos proteger a la infancia de una educación que lo arregla todo enseñando a leer a los cuatro años y repartiendo ordenadores a niños de tres años.

 Necesitamos una educación que no sólo enseñe a memorizar, a repetir y a calcular. Necesitamos educación emocional, creativa, artística. Este es un combate, y otro es luchar por una libertad en la educación que no tenemos. Los gobiernos diseñan los planes de educación cuando deberían hacerlo grupos de expertos, de padres y de maestros, dejando siempre una libertad. Gente de un gobierno que no ha dado clases en su vida decide los planes de educación, no tiene sentido.

domingo, 1 de julio de 2018

Somos conglomerados de bacterias y virus. CUIDALOS


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 El 8% de nuestro genoma es de origen virico

En una gota del mar hay un millon de bacterias y en un gramo de tierra 4 millones y en ambos casos hay entre 5 y 25 veces mas virus.

Virus y bacterias forman parte de nuestro genoma.

Las personas se "infectan" continuamente con virus y bacterias y no por eso enferman.
No todas las infecciones virales son malas y muchas infecciones virales y bacteriales son buenas
Los retrovirus endogenos cumplen al menos una funcion beneficiosa critica para la produccion de anticuerpo protectores .




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Biólogos descubren que las bacterias se comunican como las neuronas de nuestro cerebro

Un grupo de biólogos descubrió que las bacterias, generalmente vistas como criaturas solitarias, en realidad son bastante sofisticadas en sus interacciones sociales y se comunican entre sí de forma similar a los mecanismos de señalización eléctrica de las neuronas presentes en el cerebro humano.








Imagen de una colonia de Bacillus subtilis rodeada por una matriz extracelular.

En un estudio publicado en la edición online de la revista Nature, los investigadores detallan la manera en que las bacterias que viven en comunidades se comunican entre ellas de forma eléctrica a través de proteínas llamadas “canales iónicos”.
“Nuestro descubrimiento no solo modifica la forma en que pensamos acerca de las bacterias, sino también cómo pensamos a nuestro cerebro.” dijo Gürol Süel, un profesor asociado de biología molecular de la Universidad de California, San Diego, quien encabezó el proyecto de investigación. “Todos nuestros sentidos, comportamiento e inteligencia emergen de la comunicación eléctrica entre neuronas del cerebro mediadas por canales iónicos. Ahora nos encontramos con que las bacterias utilizan canales iónicos similares para comunicarse y resolver el estrés metabólico. Nuestro descubrimiento sugiere que los desórdenes neurológicos que se desatan a causa del estrés metabólico pueden tener sus orígenes en antiguas bacterias, ofreciéndonos esto una nueva pespectiva en cómo tratar dichas condiciones.”
“Mucho de nuestro entendimiento en la señalización eléctrica de nuestros cerebros se basa en estudios estructurales de los canales iónicos en bacterias” dijo Süel. Pero cómo las bacterias utilizan esos canales iónicos se mantenía un misterio hasta que Süel y sus colegas se embarcaron en un esfuerzo por examinar las comunicaciones de largo alcance dentro de biofilms (organizados en comunidades conteniendo millones de células bacterianas densamente apretadas). Estas comunidades de bacterias pueden formar estructuras finas en superficies, al igual que el sarro que se desarrolla en los dientes, y son áltamente resistentes a los químicos y antibióticos.
Este grupo de científicos interesados en estudiar señales de largo alcance provienen de un estudio previo, publicado en Julio en Nature, en el que encontraron que los biofilms tienen la capacidad de resolver conflictos sociales en su comunidad de bacterias tal como lo harían las sociedades humanas.
Los investigadores descubrieron que cuando un biofilm compuesto por cientos de miles de Bacillus subtilis (las células bacterianas) crece hasta un cierto tamaño, el eje exterior de células protectoras (con acceso irrestringido a los nutrientes) periódicamente detuvo su crecimiento para permitir a esos nutrientes (específicamente glutamato) fluir hasta el centro cubierto del biofilm. De esta forma, las bacterias protegidas en la colonia en el centro son mantenidas a salvo y pueden sobrevivir ataques de químicos y antibióticos.
Observar que las oscilaciones en el crecimiento en biofilm requirieron coordinación de largo alcance entre bacterias en la periferia y en el interior del biofilm, junto con el hecho de que las bacterias estaban compitiendo por el glutamato (una molécula cargada eléctricamente) llevó a los investigadores a especular que la coordinación metabólica entre células distantes en biofilms podría involucrar una forma de comunicación electroquímica. Los científicos notaron que el glutamato también es conocido por conducir cerca de la mitad de toda la actividad del cerebro humano.
A continuación, diseñaron el experimiento para probar su hipótesis. El objetivo fue medir cuidadosamente los cambios en el potencial de la membrana de las células bacterianas durante oscilaciones metabólicas.
Los investigadores observaron oscilaciones en el potencial de la membrana que se correspondían con oscilaciones en el crecimiento del biofilm, y encontraron que los canales iónicos eran responsables por aquellos cambios en el potencial de la membrana. Los siguientes experimentos revelaron que las oscilasciones conducían señales eléctricas de largo alcance dentro del biofilm a través de ondas de potasio (un ion cargado eléctricamente) que se propagaban espacialmente. A medida que esas ondas de iones cargados se propagaban por el biofilm, coordinaban la actividad metabólica de las bacterias en las regiones internas y externas del mismo. Cuando los canales iónicos que permitían al potasio fluir hacia dentro y fuera de las células fueron eliminados, el biofilm ya no podía conducir las señales eléctricas.
“Así como en las neuronas de nuestro cerebro, encontramos que las bacterias utilizan canales iónicos para comunicarse entre ellas a través de señales eléctricas.” dijo Süel. “De esta forma, la comunidad de bacterias en biofilms parecen funcionar bastante como un cerebro microbiano.”
Süel agregó que el mecanismo específico mediante el que las bacterias se comunican entre sí es sorprendentemente similar al proceso en el cerebro humano conocido como “depresión cortical propagada”, que se cree está involucrada en las migrañas y convulsiones.
“Lo interesante es que descubrimos que tanto las migrañas como la señalización eléctrica en las bacterias son disparadas por el estrés metabólico.” dijo.
“Esto sugiere que muchas de las drogas originalmente desarrolladas para tratar la epilepsia y las migrañas pueden también ser efectivas para atacar biofilms bacterianos, que se han convertido en un problema de salud creciente a lo largo del mundo debido a su resistencia a los antibióticos.”

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Existe una vinculación clara entre 
las bacterias predominantes en el intestino de una persona, 
la estructura de su cerebro
sus reacciones emocionales,

 sin que de momento se pueda determinar si es la microbiota intestinal la que condiciona que las personas tengan un determinado cerebro y mayor o menor sensibilidad a los impactos emocionales negativos o si es una determinada neurobiología la que modifica el tipo de bacterias que residen en el intestino de las personas.

Esto es lo que concluye un estudio que investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), publicaron a finales de junio en Psychosomatic Medicine: Journal Of Behavioral Medicine y que confirma en humanos lo que ya se había constatado en animales: 
la interacción entre la microbiota intestinal y las diferencias de comportamiento.

“En ratones se han visto señales claras de que la microbiota influye en el comportamiento, que condiciona la respuesta al estrés y la asunción de riesgos, y que el comportamiento también afecta a la microbiota, y la relevancia de este estudio es que da el salto a humanos y ve cambios parecidos a los observados en ratones, lo cual es prometedor para continuar investigando”, explica Roger Paredes, investigador del Institut de Recerca de la Sida, IrsiCaixa, que estudia la relación entre la microbiota y la infección por VIH.
Observan diferencias en la materia gris y blanca del cerebro de mujeres con enterotipo Prevotella y Bacteroide
Francisco Guarner, director del Área de Digestivo del Hospital Vall d’Hebron, investigador y y gran especialista en microbiota, resalta el gran interés que hay en determinar si modificando la microbiota se puede modificar la conducta –algo ya constatado en ratones– porque eso abriría nuevas oportunidades a tratar la depresión y otras enfermedades mentales.

De momento, lo que ha visto el grupo de investigadores de UCLA –entre los que figuran Kirsten Tillisch y Emeran Mayer–, mediante resonancias magnéticas del cerebro de personas con diferentes enterotipos –desde 2011 los expertos dividen a la población humana en tres enterotipos según las bacterias predominantes en su aparato digestivo– es que cada enterotipo va asociado a estructuras diferentes de la materia gris y la materia blanca del cerebro.

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Quién fue el Dr. Edward Bach?

Fue un hombre extremadamente sensible por el sufrimiento de sus semejantes y de los animales, quien además sentía una tremenda pasión por la investigación de la naturaleza. Edward Bach (1886-1936), se recibe de médico a los 26 años.

Posteriormente se dedica a la bacteriología y la investigación en el Hospital de la Universidad de Londres, después de varios años de trabajo descubre coexistencia de ciertos gérmenes intestinales con algunas enfermedades crónicas....................